jueves, 14 de abril de 2011

capitulo 4: la reina desterrada

Hay decisiones que tomas, que nos llevan a caminos tan distantes como los años que pasan y otras que terminan en el comienzo, se que el destino no esta escrito en piedra y que  no existe, lo que los de  mi especie llaman inmortalidad, tal vez no muramos tan fácilmente, pero tarde o temprano moriremos. Mi vida de mortal fue difícil, no tuve nada, es mas fui condenada a muerte por la gente por robar un trozo de pan, un simple trozo de pan para saciar mi hambre (que entupidos son a veces los seres humanos), el día de mi condena recuerdo que el sol salio con todo su esplendor, llamándome a mi, camine condenando a los demás por mi infortunio y despidiéndome de mi pueblo esas tierras cubiertas de nieve donde crecí. La cuerda fue puesta y yo en ella, aun que mis recuerdos son borrosos de mi hay cosas que jamás se olvidan, yo me pare en el tronco y les sonreí.
-no me arrepiento de nada-como una gran ruleta, el destino intervino cuando mi cuerpo caía con el laso en el, antes de darme cuenta estaba cayendo al agua sin ninguna atadura, las aguas congeladas, por el instinto natural de supervivencia intente mantenerme viva mientras la corriente me arrastraba lejos de mi vida y mi historia. Pasaron horas antes de darme cuenta el sol callo y su hermana la luna estaba allí, mi cuerpo estaba despedazado y sabia que no había mas escapatoria de la muerte, estire mi mano a la luna y sonreí-creo que he de morir aquí-le dije a la luna-al menos tu me recordaras-en ese momento donde no había esperaza alguna, mire los ojos mas hermosos que alguna vez allá visto azules como dos zafiros y brillantes como las estrellas, pensé que era un ángel-me llevaras al cielo o al infierno?-recuerdo que le pregunte, el se sentó y me miro con detenimiento y me percate que sus ojos eran como los de una bestia.
-eres muy hermosa, si cierro mis ojos solo veo los tuyos, que extraño tesoro me he encontrado, dime quieres vivir?-mi respuesta fue si, lo deseaba con todo mi corazón, deseaba poder seguir con vida.  Allí mi segunda vida comenzó, con el beso de un vampiro, su nombre era Sakuya,  era hermoso y muy calido, me dio todo lo que nunca tuve y me enseño tan cosas, Sakuya y yo éramos grandes amigos. Doce años pasaron tan rápido, Sakuya iba a tener la visita de su hermano, así que me pidió, ir a recoger flores al bosque, mientras el buscaba la "comida" en el pueblo. Dentro del bosque escuche una melodía que me atraía a ella, camine por un sendero hasta entrara a un claro lleno de flores azules y amarillas, Sakuya estaba tocando un guitarra, fue algo que sorprendió, como regalo le hice una corona de flores y se la puse en la cabeza, el tomo mi mano con fuerza.
-es un regalo, tu canción es hermosa Sakuya-su sonrisa no fue igual a la normal, el abrió sus ojos, pero en vez de esos zafiros, eran completamente oscuros, el me jalo y me beso, un beso basto, solo uno para que mi corazón se cautivara. Me separe rápidamente de el, tape mi boca, ese hombre seguía sonriendo-quien eres y como te atreviste a...-el acomodo mi cabello
-prefiero ese beso a una corona de flores, te dedico esa canción linda mariposa, yo soy el hermano gemelo e Sakuya, mi nombre es Yuu y el tuyo?
-me llamo Ciel-el se levanto y tomo mi mano.
-me llevarías a casa, Ciel?-sin pensarlo lleve, cuando llegamos, Sakuya  estaba en la entrada, yo corrí a el y lo abrace, el me beso la mejilla como siempre-cuanto tiempo hermano-la sonrisa de Sakuya, era tan hermosa.
-si, hermano-el me dejo y abrazo a su hermano-te vez bien-Yuu le sonrío
-tu te vez mejor, hasta tienes una acompañante hermosa
-te equivocas, Ciel es mi mejor amiga y...-Yuu lo despeino y me miro; quien diría que las palabras que escondía Sakuya serian las palabras que algun dia nos destruiría. Durante tres años vivimos, los tres juntos y mi amor creció por Yuu infinitamente, Yuu era amable, valiente, calido; tantas cualidades, que me volvían loca por el, la primavera trajo con ella las noches calidas, las que me gustaban para ir al lago a nadar un rato, la luna brillando en el cielo, bañando el lugar con una inmensa luz plateada, me ti mi pie en ella, el agua estaba tibia, perfecta, solté mi cabello y las tiras de mi vestido, los puse en la orilla donde no se mojaran, mis ropas blancas también
, me lance al agua, me sentía tan libre estando allí. Un caballo relincho a las orillas, Yuu me miro asombrado.
-no me veas!-le grite, el se bajo del caballo, volví a exclamar lo mismo y aun así, el me tomo en sus brazos, me miro furioso, tomo mi rostro.
-eres una bruja con tu endemoniado cuerpo y esa mirada, me has atraído  a tu trampa y un ángel por que con tu encanto y inocencia, me has cautivado en la promesa de el cielo, adonde me quieres llevar mi ángel, al cielo o al infierno-su ángel, que felicidad sentí cuando lo dijo-no llores, si quieres me marcho-tome su mano y la puse en mi rostro.
-mi Yuu...-un amor que se volvió correspondido, fuimos tan felices en el bosque, teníamos sueños y esperanzas.  Éramos felices, tanto que por un tiempo pensé que estaríamos juntos eternamente y otra vez el destino intervino, esta vez me cobro el haberme salvado de la muerte, con quitarme a las dos personas que a ame: Sakuya que aun que siga vivo, mi amor se volvió odio puro en contra de el y a Yuu quien murió en mis brazos; las heridas eran tan grabes que cuando me marche de ese lugar, solo acarree el odio y la soledad en mi corazón. Poco a poco mi propio ser se perdió entre las heridas causadas por el ocaso de mi amor, siempre vagando, hasta el día en que se anuncio la guerra. Fue la primera vez que vi a Sakuya en mucho tiempo, su rostro era demacrado, se veía enfermo y aun confuso, esa mujer estaba a su lado, si hubiera podido yo la hubiera matado, pero en vez de eso mate a mi propio ser, sin dudarlo me ofrecí en pasar al frente de la guerra de las cuatro naciones restantes de  mi gente. Las batallas me enseñaron a no dudar en mis decisiones y también que yo, no iba a morir. El único día en que casi muero descubrí mi habilidad, poder transferir o remover cosas del cuerpo o del alma, si existiera el hubiera, tal vez así hubiera podido salvar la vida del que fue mas importante para mi, su sonrisa maliciosa, sus ojos llenos de valor, su corazón noble y lleno de amor; si hubiera tenido ese poder en ese entonces, si tan solo existiera  el hubiera...
Mientras la guerra llegaba a su clímax, mas y mas me acercaba a la cabeza del rey William, cada batalla demostraba que yo, ya no tenia ni un ápice de humanidad corriendo en mis venas, ni un gramo de compasión en mi corazón y que yo era una bestia sedienta de sangre. En el campo de batalla conoci a mi primer aliado, el único hijo de Yuu, su nombre era Jared, el lucho a mi lado durante tres lunas y forjamos una amistad.
-dime Ciel, cual es el próximo paso de la batalla?
-iremos por el trono de William-su rostro mostró una sonrisa y luego su oposición ya que ser solo dos seria difícil, así que le propuse algo verdaderamente llamativo, sabia de buena fuente, que en el campo de batalla al sur de las costas, Sakuya había formado un ejercito de nuevos vampiros, así que buscáramos a un compañero mas y nos divirtiéramos un poco, mientras aparecía, para un vampiro que posee conexión con su amo, el dolor de la muerte era insoportable y también viceversa. Los rostros de los exhúmanos al darse cuenta que iban a morir, era terrible, aun así yo solo, pude darles unos consejos antes de la batalla, tal vez sentí pena de ellos.-luchen como si fuera la ultima vez que verán la luz del sol, luchen por estar vivos, ya que será lo único que tendrán-allí conocí a mi siguiente aliado, dentro de los noventa hombre hubo uno, que levanto su mano, era muy joven tal vez de diecisiete años.
-y tu, no parece que quieras vivir y aun así has sobrevivido?-ese chico, me llamo tanto la atención que sin querer me encariñe con el, antes e darnos cuenta ya estábamos en ese lugar en donde tanto había deseado estar, enfrente de William, el me miraba como si yo fuera basura.
-tu me estas retando a mi?-el se abrió paso-tu eres Ciel?-le sonreí, sabia que estaba pensando que yo era un hombre, no le conteste-he dicho...
-se lo que ha dicho mi señor, pero si no he respondido es por que su pregunta es innecesaria, yo soy quien soy-el me sonrío.
-tu eres un ser bastante extraño-le mostré la cruz que estaba en mi pecho y le sonreí
-esto pertenece a la mitad del reino de mi amo, si deseas te lo daré si me matas, pero si no es así, tomare las riendas de tu reino y tu cabeza-como los humanos arrogantes, William era conocido un arrogante lleno de sed y de la peor, sed de poder. el aire impregno con la esencia que conocía muy bien, el viento soplaba entre ambos, mi espada la espada que mato a mi amor, su espada ambas resonaron por primera vez, no deje que muriera de inmediato, era un rey y como tal merecía una muerte mas digna-eres buena, tu reputación es bien infundada, pero yo-su primer y mas fatal error, atacarme sin ver cual era mi habilidad-que estupido he sido, quien diría que tu, tendrás una habilidad como esa, te entrego mi reino-solo quedo de el la cruz, los gritos de los presentes mientras me cargaban eran ensordecedores, pero mi triunfo fue manchado, otra vez por la mujer que arruino mi vida, sin nada mas que un estupido reconocimiento y la cruz que gane en la batalla.
Otra vez, volví a bagar por el mundo, meika mi hermano, a veces me encontraba para ver si estaba viva, pero por lo demás me volví completamente errante, en el mundo que a diferencia de mi, cambia poco a poco. Los senderos de los bosques me llevaban a pueblos llenos de humanos, alimento para cualquiera, menos yo, que prefería alimentarme con las emociones y otros vampiros. Llegue a un pueblo, algo grande, las calles estaban llenas de flores y luces, había una celebración muy grande. Los aromas me decían que habían muchos vampiros en ese lugar, así que decidí quedarme un poco, había una posada, allí decidí quedarme; cambien mis ropas por las de un dama de sociedad de esa época, un largo vestido negro, zapatos finos y un incomodo corsé, fue fácil encontrar al primero, olían descaradamente a sangre, el me siguió como un insecto a la luz de una vela en la oscuridad. Mi comida fue algo normal, nada especial, beber la sangre de otros vampiros podía ser un tabú, la sangre de vampiro posee un cierto don, si bebes una sangre normal, no lo obtienes, es algo así como robar una habilidad a otro, aun que sea por un corto tiempo. Los otros ya no estaban cuando termine, por simple curiosidad seguí el aroma de la sangre humana, el lugar era un desastre, la tierra llena de sangre, los dos cadáveres... por un momento pensé que los dos estaban muertos, el chico estaba vivo, su respiración apenas se notaba y su temperatura estaba casi en cero; examine a la chica, esas bestias no les basto matarla, si no que la violaron, me sentí sumamente enfadada , así que me acerque a el, lo levante un poco y le susurre esas palabras que alguna vez me dijeron: quieres vivir o morir; el con su poca fuerza contesto: vivir. El resulto ser muy parecido a mi, podíamos  pasar de hermanos.
-donde debo ir?-el me pregunto cuando saliamos del lugar.
-busquemos a quienes deseas matar-me reí-te ayudare a encontrarlos y matarlos- como todo en mi vida,  esta búsqueda termino en sangre, nunca pensé que el fuera un carnicero,  hasta que encontramos al primero de ellos, ese hombre se hallaba dentro de un prostíbulo de la época, mujeres que bailaban y atraían la atención y hombres llenos de lujuria y dinero; como siempre es difícil para mi entrar a un lugar así, los humanos piensan que pueden sobrepasase solo por que soy joven y hermosa (mi edad en esa época era de ciento noventa y ocho años);  Milo me protegió de todos ellos, mientras buscábamos la habitación guiados por el aroma de la sangre,  el pasillo de el local, nos condujo a la ultima puesta, donde el estaba , al entrar vimos algo grotesco, jaulas llenas de cadáveres de mujeres atadas y drenadas, ese vampiro se dedicaba a la venta de sangre, era asqueroso y ruin. El nos sonrió y le señalo.
-yo te conozco, tu novia fue un gran aperitivo-Milo salto a el, aun siendo joven su habilidad fue de gran ayuda solo le basto un segundo y ya estaba en el suelo, tuve que intervenir.
-detente ahora, Milo-la voz de un amo, es la ley para un vampiro; el freno antes de destrozarle la traquea de una mordida-hey tu, donde están los otros?-el se rió
-que voy a saber, dejaron solo eso aquí y me dejaron-le sonreí cuando me agache.
-que tal si yo te arranco esa estúpida sonrisa de la boca-mire a Milo-no lo mates arrancarle alguna parte del cuerpo, de este miserable-he de decir que el tenia talento en la tortura, durante seis horas estuvimos allí, hasta que nos dijo todo-Milo ya puedes hacerlo que desees con el-al salir de esa habitación borre las memorias de todos en el pueblo, fue algo aburrido, pero necesario. Uno a uno fueron callendo ante nosotros dos y yo me encarriñe con el, cada evento de mi vida siempre termina en sangre. El ultimo de ellos  fue un general de la guerra, por el bando blanco,  para este fui yo la que me encargue de el, como una evocación de mi pasado, el  me había atado con una cuerda de plata el cuello, su sonrisa me daba tanto asco, paso su lengua por mi cuello en busca de mi sangre, sin saber que su acción lo llevaría a la muerte, mi sangre no es bebible para otros vampiros, es mas son muy pocos los que tienen resistencia a ella, todo gracias a mis hábitos alimenticios poco saludables (solo para los que lo intenten y no tengan ningún lazo sanguinio a mi); su cuerpo se fue quemando solo por unas gotas de mi sangre, cuando me libere, el me seguía mirando.
-estas maldita, nunca seras feliz-me agache y le sonreí
-ya lo se-sin pensarlo dos veces, le corte la cabeza; ahh los viejos y lejanos tiempos, la vida era muy miserable, hasta la llegada de Erick, pero en verdad se podía decir que era divertido, asesinar a tantos en un dia;  termine siendo la amante de Sakuya, solamente para hacerles sufrir a el y a Morgana (ella es quien planeo la muerte de uno de los hermanos y no era a Yuu), creo que ese ha sido mi mayor pecado, el pecado de engañarme a mi misma, por el deseo de encontrarlo de nuevo a el.
Tal vez el destino, no era tan malo después de todo, ya que en un instante, con solo una mirada, volvi a enamorarme de un hombre, sus ojos son de mi color favorito, como los que alguna vez pude cautivar, el me miro sorprendido, yo lo mire esperando que dijera que era Yuu, pero mi espera fue envano, ya que el era humano, le exdendi mi mano y el acepto.

Una noche de las destinadas a Sakuya, estaba preocupada por Neo,  me levante de la cama pensando en donde podrian estar esos dos, Sakuya me abrazo en busca de algo de cariño tal vez.
-la gatita, parece que hoy esta en otro mundo-me solté de su abrazo-sabes conocí a un chico, Neo la viva imagen de Yuu-lo mire, el se rió-por lo visto el te importa mas que yo-tome su rostro
-el o cualquiera es mas importante que tu, tu solo eres un repuesto de mi Yuu-su sonrisa se borro inmediatamente
-quiero que me regreses mis recuerdos, tienes dos semanas para hacerlo, de otra manera...-dejo las palabras en el viento, yo las ignore-ya debe de haber muerto, Sabrina parecia estar ambrienta-en segundos me mude y largue a ese lugar, en busca de Neo. La casa abandonada, en donde sabia que Sabrina estaría, ese lugar lleno de vampiros intoxicados por sangre, era tan desagradable. Sabrina estaba en su habitación entre en ella, estaba intoxicada como todos en el lugar, ella se rió al verme.
-no pudiste detenerme-le sonreí al sentarme en la cama-su sangre es deliciosa-no lo ha matado eso es bueno, ella me miro-quiero mas de esa deliciosa...-la tome del cuello
-los de tu tipo, son tan bajos-ella se asusto al ver mis ojos, mi verdadera mirada-si no quieres que acabe contigo aquí y ahora, en donde esta Neo?-ella señalo una pequeña puerta, que llevaba a un sótano, allí estaba el desnudo, atado de las manos, su cuerpo estaba destazado, mí corazón volvió a ser frío, el me miro
-tus ojos... son... mi... color-callo en la oscuridad y yo en la desesperación, lo solté y allí mismo sin preguntarle, le di mi sangre y corazón a Neo. Todo lo que ha pasado hasta ahora, ha sido mas que casualidad, Yuu siempre en este día vengo a este lugar solo a pedirte que me lleves a el otro mundo, pero hoy ha sido diferente, quien diría que estaría pidiéndote a ti tu permiso, por que me he enamorado, después de tantos siglos y de un chico como este, que hasta dormido es tan adorable, se parece a ti,  cuando dormías siempre poseías el mismo semblante, pero no creas que el por eso que le amo, le amo, por que el tiene muchas cualidades hermosas.
-Neo, despierta-su sonrisa, me hace feliz.
-discúlpame, es que con todo lo de antes, me quede dormido-es calido y muy sensible-ya es hora de regresar?
-así es-es fuerte y generoso-Neo, te daré todo lo que desees, cual quier cosa-el se rió, como siempre lo tomo en broma.
-Ciel lo que yo deseo es...-el por primera vez me dio un beso, aun que fuera en la mejilla-que tu seas feliz-lo vez Yuu, el es un gran chico y deseo que lo aceptes, nadie podrá tomar tu lugar jamás, créeme que será imposible, tu siempre serás el primero...

De regreso al castillo, el aroma de Sakuya, me dio a entender que había llegado la hora de mis castigos por mis faltas a el; el me esperaba afuera, su rostro era mortuorio, lleno de culpabilidad; frene mi paso al ver su rostro, el se levanto, camino hacia mi, cuando tomo mi mano, Neo lo separo de inmediato de mi, sus ojos se encontraron.
-me alegre verte, pero esto no es tu asunto Neo-Sakuya lo tomo y lo soltó en el suelo-Ciel yo...-el miro a otro lado, Neo se levanto y intento golpearlo, mi deber es proteger a mi creador, a toda costa, doblegue a Neo con solo una mano.
-lo lamento, al igual que tu, yo tengo que protegerle por ser mi dueño- el me miro a los ojos, cuando tomo del cuello a Sakuya, quien me sonrió-te debí matar hace mucho, Sakuya.
-lo se, pero no eres capaz o si-lo solté-Ciel, te debo mas que solo mi vida; pero ya que he vuelto a ser yo...-sabia lo que decia
-tendre un juicio no?

-no, ya fuiste sentenciada, solo he venido a darte escolta, pues se teme que te resistas a ir-o mas bien, temen que mate a el que desee llevarme a la fuerza, increíble, son tan cobardes.
-Neo, retírate por favor-le sonreí, intentando ocultar, los hechos que pasarían, el se levanto seguí enojado-gracias-era mejor así, que no preguntara nada-Neo-dije por instinto, el me miro-perdóname-por favor, solo no descubras el dolor que siento, solo vete, antes de que mi voluntad se despedace por completo.
-no te preocupes, entiendo que desees hablar a solas con el-Neo te enojes, la sentencia para un vampiro, no es la muerte, si no algo mas denigrante para los de mi especie; camine por el pasillo atada de las manos y vendada, para que después no tomara venganza de mi ejecutor, me levantaron en el aire, rompieron mis ropas en la espalda.
-miren quien esta aquí-su voz retumbo en el lugar, su odiosa y detestable voz-me da gusto ver como tu orgullo se caerá a mil pedazos-esta mujer, no aprendía, que ante ella, jamás caería-te dije que seré yo la ejecutora-me quito la venda de los ojos, desatando en mi los recuerdos dolorosos y mi sed de sangre; ella me beso, intentando manipular mi ser, yo escupí en su rostro-eres tan aburrida, como siempre.
-sabes hasta la mas pequeña musaraña, es mas noble que tu, Morgana-como era de suponer, ella destrozo mi rostro, con sus asquerosas manos. Ella parecía tener un don con el látigo que deformaba mi espalda, no quise que ella me escuchara, el dolor era insoportable, pero como ella dijo, soy orgullosa y no le daré el gusto de escucharme gritar; después de unas horas, ella se reía.
-te vez terrible, deseas que termine y te suelte-me reí
-no seas ridícula...-dije cansada-a caso no... Es divertido-ella siguió hasta que se canso de desfigurarme; mi ser llego a un limite, casi renuncio de la idea de no darle el gusto, por suerte ella se canso antes que yo.
-tu castigo aun no termina, ahora recibirás el castigo de otro ejecutor y esta vez no creo que aguantes mucho-muchos días pasaron entre mis castigos, mis heridas debía de ser grabes, ya que las sentía palpitar, estaba perdiendo demasiada sangre; otra vez quede sola en un lugar lleno de muerte y la luna acompañándome. Las flores de los árboles de cerezo, era primavera mi amada y odiada primavera, la música sonaba y las ramas hacían danzar los pétalos de las mismas; el aire limpio y puro aun un poco frío por el invierno. El me sonreía mientras la guitarra sonaba, yo bailaba solo para el, no había odio o resentimiento, solo amor y dulzura; me acosté en el suelo a su lado, sus ojos negros penetraban mi alma y su sola sonrisa podía estremecer hasta el ultimo rincón de mi cuerpo. Acaricie su rostro pálido y divino, el se movió ante mi tacto, tomo mi mano y la puso en su pecho, mientras paraba la música.
-sientes eso Ciel?-un leve latido, el de un vampiro
-si
-ese sonido es el de mi corazón, tratando de no consumirse por todo este amor, me he enamorado de ti, por tu inocencia-tome su mano y mi corazón sonó; el me sonrío-Ciel, Ciel demonios!-regrese a la religad, mis lagrimas cayeron, no por mi hermoso sueño, si no por que otra vez, mi corazón latía con el ritmo de un nuevo amor...